“La Selección Argentina me abrió las puertas del mundo, me permitió conocer otras culturas y jugar en distintos países. Más allá del mérito mío, es la vidriera más importante. El hecho de jugar en el exterior me dio la posibilidad de comprarme mi casa, por ejemplo. Para mí la Selección Argentina es todo”.
Palabras de la entrerriana Noelia Mendoza, referente y parte de la historia del Seleccionado Argentino. La oriunda de Gualeguaychú tiene en su haber tres mundiales de mayores disputados con la camiseta nacional, récord por nuestras tierras. Con “Las Gigantes” disputó 54 partidos en 11 competencias oficiales en más de una década.
Desde su primera convocatoria para un representativo nacional en 1993 también participó en varios certámenes de categorías formativas, entre ellos el Mundial Juvenil 1997 en Brasil. Luego forjó una exitosa carrera deportiva pasando por los mejores clubes de la Argentina (NdR: Salió campeona de la Liga Nacional con Central Entrerriano) y llevó su calidad a países como España, Portugal, Suecia, Ecuador, Bolivia y Uruguay.
Hoy, a los 41 años, Noelia trabaja como maestra jardinera e integra el staff de entrenadores en el Club Neptunia en Gualeguaychú. La ex jugadora charló con el Departamento de Prensa de la FBER y repasó su meritorio peregrinaje por la Selección Argentina. Los recuerdos inolvidables y el lamento por no haber “disfrutado mucho más” del tiempo con la Celeste y Blanca.
–Debutaste muy joven en las selecciones nacionales en el Sudamericano de Cadetes desarrollado en Santiago de Chile (1994). ¿Te acordás del primer llamado para incorporarte al equipo nacional? ¿Qué sentiste en aquel momento?
–Por supuesto que me acuerdo es inolvidable ese momento. A mí me citan de los 14 años a la preselección argentina de básquet y en la preselección argentina de vóley en el mismo momento. Me incliné por el básquet porque era mucho más divertido para mí.
Cuando llegó la convocatoria estaba realmente feliz y a la vez con muchísimo miedo; ese miedo de alerta, no paralizante. Así que fui a entrenar a una concentración de un solo día, es más me acuerdo que la fecha fue el 17 de diciembre de 1993. Entrenamos una jornada en doble turno.
Yo jugaba en Racing. Cuando vi que tenía condiciones y me empezó a gustar entrenar y conseguir objetivos personales, yo me puse en la cabeza jugar en la Selección y mis entrenadores me proyectaron para eso.
El día de hoy me resultan los mismo todos los desafíos nuevos; hasta los 38 años que jugué mi último partido en el Maxibásquet sentí ese fuego interior que no sé si es porque soy muy pasional o vivo las cosas así.
–¿Qué significó haber representado a la Argentina durante más de 15 años, haber jugado cuatro Mundiales y tantos torneos en diferentes categorías? ¿Cuál era el sentimiento al vestir la Celeste y Blanca?
–Ahora, pasados los años, sinceramente y me doy cuenta de todo lo que jugué, viví y representé con la Selección. Lo disfruté a mi manera porque ojalá hubiese tenido la madurez que tengo hoy en día a la edad que tengo.
Recién acabo de cruzar mensajes con Caro Sánchez y la “Flaca” Fernández (NdR: Alejandra) con anécdotas que se me vinieron la memoria. Son millones de recuerdos con la celeste y blanca.
Nosotras representamos al país muchísimos años poniendo de nuestro bolsillo, por ejemplo mis padres pagaban los pasajes para ir entrenar y era un esfuerzo familiar tremendo.
Fue mucho tiempo sin cobrar ni un centavo por eso hay cosas que nosotros no podemos entender con las camadas de antes. Con Caro y Andrea Galé que son amigas hablamos mucho de eso; para nosotras fue jugar por una camiseta con un fuego interior y una pasión que es lo más importante que puede aspirar cualquier deportista.
–¿Algún momento especial o una situación en particular que recuerdes en tus años con la Selección Argentina?
–Un momento especial para mí fue cuando Argentina clasificó por primera vez un Mundial que lo hace mi camada de juveniles en 1996 en el Torneo Panamericano que tuvo en sede en Cancún, México. Hicimos historia y eso es inolvidable porque era un grupo de amigas que era increíble (NdR: Argentina logró el boleto al Mundial Juvenil de Brasil del año siguiente)
Otro momento en lo personal fue el último Mundial de Mayores en República Checa en 2010. Yo tenía 32 años y ya me habían dicho varios médicos que no podía jugar más al básquet porque tengo artrosis en la rodilla derecha. Me preparé mucho, me entrené con el masculino en su momento. Comenzamos una gira y yo era la jugadora número 11, entraba todos los partidos siete minutos del segundo cuarto y nada más. Estaba que me comía el banco de suplentes porque había pasado todas las etapas de la Selección. El orgullo personal mío es que en el tercer partido de ese Mundial en Praga ingresé de titular y ya no dejé ese lugar. O sea, ese camino de hormigas que realicé a mis 32 años para cerrar mi carrera deportiva me genera gran satisfacción.
¿Qué significa tener el récord de haber jugado tres Mundiales con la Selección Mayor?
Las personas que me conocen saben que soy una persona recontra humilde, que no ando por la vida diciendo que tengo récords en varios lugares, que soy una de las jugadoras del país que hizo historia o que soy de un equipo que le brotó el título, que jugué en 21 clubes profesionalmente. Jamás lo hago, no es mi carta de presentación.
Sin embargo, es un orgullo, a los 41 años, cuando me hacen alguna entrevista digo “guau” hice todo eso, soy todo eso.
–¿Alguna cuenta pendiente o algo que te haya quedado por cumplir con la Selección? Quizás haber tenido la experiencia de unos Juegos Olímpicos…
–Exactamente, me quedaron pendientes los Juegos Olímpicos. Yo viví dos Panamericanos (Winnipeg 1999 y Santo Domingo 2003) y fueron aventuras espectaculares: El hecho de compartir con otros atletas argentinos, sentarte en el mismo comedor que deportistas de élite, hacer hinchada de otras disciplinas; eso es increíble.
También me queda en el tintero haber disfrutado mucho más de la Selección. Hice grandes amigas, millones de anécdotas, tengo distintos grupos de ex compañeras y siempre están los mejores recuerdos.
NOELIA MENDOZA – SELECCIÓN MAYORES
2010 Mundial FIBA (República Checa)
2010 Sudamericano (Santiago, Chile)
2009 FIBA Américas Premundial (Cuiabá, Brasil)
2005 Sudamericano (Villavicencio, Colombia)
2003 Torneo Preolímpico (Culiacán, México)
2002 Mundial FIBA (China)
2001 FIBA Américas Premundial (Sao Luis, Brasil)
2001 Sudamericano (Lima, Perú)
1999 Torneo Preolímpico (La Habana, Cuba)
1999 Sudamericano (Vitoria, Brasil)
1998 Mundial FIBA (Alemania)